
Foto destacada: Balázs Kétyi en Unsplash
Cuando comienzo a trabajar con un cliente, uno de los temas más complejos es la elección de la paleta de colores para la identidad visual de su proyecto.
En la mayoría de los casos llegan con una idea predefinida sobre qué colores quieren que predominen, pero, en general, para hacer esta elección se han basado únicamente en sus gustos personales, sin tener en cuenta aspectos como la psicología del color, las paletas de colores más usadas en su sector, las características de las personas a las que se dirigen o los objetivos, valores y visión de su organización.
Olvidan que, la elección del color, no es una cuestión únicamente estética; es una decisión estratégica que influye en la percepción de la marca y contribuye a comunicar la esencia de la misma.
Pero ¿qué hay que tener en cuenta a la hora de integrar de manera efectiva el color en la estrategia de identidad corporativa de una marca? Veámoslo.
Importancia del color en la identidad visual corporativa
El color va más allá de lo visual; evoca emociones, establece tonos y ayuda en la creación de experiencias. ¿Qué emociones quieres asociar con tu marca? ¿Cómo deseas que se sientan tus usuarios al interactuar con tu producto o servicio? Estas son algunas de las preguntas que debes hacerte al seleccionar la paleta de colores.
Todos sabemos que ciertos colores pueden generar emociones o estados de ánimo, pueden ser relajantes, estar cargados de energía o transmitir elegancia.
Pero la sensación de genera un color no es algo intrínseco al mismo, al menos en todos sus aspectos. Sociológica y culturalmente hablando, los colores también tienen distintos significados en distintas culturas o incluso entre diferentes grupos de personas.
Un ejemplo es el amarillo. Este color tiene connotaciones diferentes en Oriente y en Occidente. Mientras en la cultura oriental es claramente masculino, en algunos países europeos representa la envidia, y dentro del sector del espectáculo es el color de la mala suerte. Pero también puede ser símbolo de riqueza, por ejemplo.
En realidad el amarillo es un color ambiguo que debe usarse con precaución y siempre teniendo mucho cuidado con las combinaciones que generemos con otros colores, tipografías o cualquier otro elemento de la identidad corporativa.
Y esto es otro punto importante. Siempre debe tenerse en cuenta que el color es relativo, y no funciona de manera aislada. El espectador responde a él dentro de un contexto y en asociación con otros colores y elementos gráficos. Así que la consistencia con todo el resto de elementos es fundamental para mandar un mensaje comprensible y sin contradicciones.
No podemos usar una tipografía muy seria, redactar textos con un tono muy profesional, y luego generar una paleta de colores que se asocie demasiado con lo infantil o la diversión.
Cómo elegir la paleta de colores ideal
- Comprende tu marca: Comienza por comprender la personalidad y valores fundamentales de tu marca. ¿Es tu marca divertida y juvenil o relajada y profesional? Conocer tus objetivos, tu visión y tus valores, te ayudarán a hacer una buena elección de la paleta de colores.
- Conoce a tu audiencia: ¿Quiénes son los receptores principales del mensaje? Qué características específicas tienen, y cómo van a entender el color en su contexto.
- Entiende la psicología del color: Cada color tiene asociaciones psicológicas únicas. Desde el rojo vibrante que transmite pasión hasta el azul calmante que sugiere confiabilidad, selecciona colores que refuercen el mensaje que deseas transmitir.
- Busca la coherencia entre los elementos: La coherencia es clave en la identidad de marca. Asegúrate de que la paleta de colores elegida esté alineada con los otros elementos visuales de tu marca.
- Conoce a tu competencia: Diferenciarte de tus competidores y ser recordado es uno de los objetivos de tu identidad visual corporativa. Para ello el color puede ser tu aliado. Usar una paleta de color diferente a las usadas por el resto de marcas de tu ámbito, puede hacer que te vean de distinta manera. Pero cuidado con arriesgar demasiado, no sea que tu cliente piense que no eres lo que está buscando.
- Ten en cuenta algunas cuestiones técnicas: ¿En qué ámbitos vas a usar tu marca? ¿Tus colores generan suficiente contraste sobre diferentes fondos y en distintos contextos? ¿Crean entre sí suficiente contraste al combinarse? ¿Son reproducibles tanto en papel como en web, etc.?
Conclusión: elige el color con estrategia
El mundo en el que vivimos está saturado de mensajes, por eso cada detalle cuenta para diferenciarte.
La elección de una paleta de colores para tu identidad visual corporativa no es una cuestión que deba dejarse sólo a los gustos y preferencias personales. Debe seguir unos criterios estratégicos alineándose con los objetivos, visión y valores de tu empresa, organización o proyecto; y además conectar con tu público objetivo.
La elección del color en tu estrategia de identidad corporativa puede marcar la diferencia en cómo tu público percibe y se conecta con tu proyecto. Investiga y elige con estrategia.
Y ten en cuenta que la combinación exitosa no depende de una sólo característica, en ella influyen el entorno, el público objetivo, la cultura o la psicología, de diversas maneras.
Y no olvides que el color es sólo uno de los elementos que dan forma a tu marca.




0 comentarios